María Magdalena, mujer inconformista. Sufre en sus carnes las inclemencias de ser mujer e incomprendida, loca, etc.
María Magdalena no se echa atrás. Se convierte en apóstol con la fuerza de su amor a Dios.
Una mujer de aquellos tiempo y ... por qué no, de estos, donde era poco menos que propiedad del hombre. María Magdalena fue capaz de revolucionar a un grupo de hombres (los apóstoles), para que vieran la Luz que ella había visto: Al Amado y éste resucitado.
Una mujer que emplea su carga feminista en buscar la dignidad de todas las mujeres y luchar por un mundo más justo en todos los aspectos, de manera que sean los hombres y mujeres iguales en su dignidad, como dijo Dios, al principio de la creación: “Hombre y Mujer los creó y a su imagen“.
Ella, la mal vista, luchó porque toda la Humanidad se sintiera a gusto consigo mismo y su entorno. Dios le había dado el don de influir e influyó benéficamente sobre todo el que quiso escucharla. Seguramente deberíamos terminar con aquellas palabras de la Biblia: “Ojalá escucheis hoy su voz, no endurezcáis el corazón ...”.
Ella no lo enmudeció y por ello fue lo que fué.
D. Manuel Tirado Fernández
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