¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!Tu, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasióna todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimosy preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
S.S. Juan Pablo II. México 1979
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